La respuesta a esta pregunta es afirmativa, sí, hay una Vespa en la pista y, como veremos en el vídeo, no se trata de una dulce rodada en la que el usuario va con un casco abierto y una sonrisa de comercial grabada en los labios. Aquí el que maneja la seguramente muy envenenada moto italiana, va de casco negro cerrado, mono de cuero y en pos de una supermotard en un laberíntico circuito húngaro demostrando que en muchas ocasiones las apariencias engañan.