No es cosa de tomarse a la ligera eso de ir atropellando gente por la calle, ya sea que suceda con intención alevosa o por simple estupidez al volante como en el caso de este vídeo, pero teniendo el ejemplo a mano, mal haríamos en no aprovecharlo para sacar de aquí unas cuantas lecciones.

Difícilmente cabría pensar que el hombre en la moto se propuso en algún momento llevarse por delante a los ciclistas, el tema es más resultado de falta de control en la moto que mala leche, y sin embargo no por ello el motociclista es menos culpable por lo que hizo. Lo que le pasó a este señor se llama «enfocarse en un objeto», ponemos la mirada en un solo punto (en este caso en la figura del ciclista que va adelante), y perdemos cualquier otro punto de referencia. Al contar con ese único punto a donde mirar, ese es efectivamente y para bien o para mal, el único lugar al que vamos a dirigirnos con moto y todo.

Enfocarse en un objeto lleva a que se produzca una reacción de pánico como producto de la inminencia de un golpe, o una caída, y como resultado de esa reacción de pánico los sentidos se nublan  y somos incapaces de ejecutar alguna acción que nos permita, si no evitar el daño, al menos minimizar sus consecuencias, en este caso una manera de hacerlo habría sido bloquear el freno, preferiblemente el trasero, y caerse solo en lugar de mantener el impulso y atropellar a los dos ciclistas.

Lo más importante a tener en cuenta acá, sin embargo, es que toda esta tragedia de atropellos, ambulancia, acusaciones, moto en los patios, presentarse ante un juzgado, etc. habría podido evitarse aplicando dos cosas: 1, haber proyectado más la mirada para así leer mejor la curva y haber detectado a tiempo la presencia de los ciclistas y así evitarlos. 2 Conducir dentro de sus capacidades, ciertamente cuando a uno le queda grande una curva, muchas veces pasa porque venimos tratando de ir más rápido de lo que en realidad somos capaces.